sábado, 3 de noviembre de 2007

La lechería se ve, a veces

El caso es conocido: Federico Anaya pidió una pizza en su casa de La paternal. Cuando le tocaron el timbre, además del chico del delivery, lo acechaban dos asaltantes que intentaron robarle. Lejos de conseguir dinero, lo asesinaron de un disparo.
Todos los ojos del barrio apuntaron hacia La lechería. El asentamiento es invisible para el barrio, salvo en ocasiones como éstas, cuando las acusaciones se generalizan, como si La lechería fuera una cueva de delincuentes y no un depósito de familias pobres.

Volvimos a La lechería, como aquella vez de las zapatillas y la vergüenza, para charlar con los integrantes de la Cooperativa de vivienda Los bajitos.

Escuchá las entrevistas con Francisco y Germán, militantes sociales de La escuelita y los testimonios de Roberto y Rulo, habitantes del lugar.







martes, 8 de mayo de 2007

Colgados de la Santa Cruz

Por Fernando Tebele

Si hablás o escribís acerca de Santa Cruz te corren con que sos de derecha. Es difícil bancársela pero hay que darle para adelante. Para ser franco, a veces te hacen dudar. Porque es feo que te digan que sos de derecha. En fin: la única manera que deben tener de sentirse de izquierda es colocando al resto del mundo a la derecha. Entonces ellos pasan a ser la izquierda.
De todas maneras, en las situaciones de conflicto, cuando es inevitable tomar posición, ahí se ve quién es quién y, parafraseando a Matías Martín, se puede preguntar: y vos, ¿de qué lado estás?

-Santa Cruz arde-, me dijo hace unas noches una docente que además trabaja en Opi, el sitio de noticias que sube a la red lo que cuentan pocos medios de La Rioja nueva.
Entonces queda a la vista todo un estilo.
Se sabe que en Santa Cruz existe un conflicto salarial con los docentes. No han podido evitar que se sepa. Cuando el gobierno nacional subió el piso de todos los docentes del país a 1040, dejó afuera a las provincias que tienen sueldos nominales más altos. Por eso el conflicto en Neuquén y también en Santa Cruz, donde las clases comenzaron sin aumentos salariales. En la provincia del presidente esa situación desató otras que estaban contenidas, que se hallaban escondidas, pero que permanecían en algún lugar, pugnando por aparecer.
Hay un par de agujeros a través de los cuales introducirse en el tema de la provincia presidencial: uno sería el conflicto de los docentes propiamente dicho; otro, el estilo kirchnerista de poder que, con lo que salta a la vista, uno espera no se esté mudando a la nación. (Risas)

El conflicto

Los docentes de la provincia tienen un sueldo básico de 161,10 pesos. Con unas sumas no remunerativas de 800 pesos, de las que no se deduce porcentaje alguno para la jubilación; otras sumas que sí aportan; y casi nada en concepto de antigüedad en los cargos, pues estos se calculan desde el básico, alcanzan sueldos promedio de entre 1500 y 1800. Hace algunas semanas, cuando Kirchner habló por primera vez en público del tema, sugirió que eran los sueldos docentes más altos del país. Hay que darle la derecha: tiene razón. Los salarios en todas las demás provincias son menores. Pero el presidente, que vivió en la provincia y vuelve casi todos los fines de semana, olvidó contarle a su pueblo que la canasta básica provincial también es de la más caras del país: alcanza los 3500 pesos.
En Santa Cruz, alquilar un departamento de un ambiente en la periferia de Río Gallegos no baja de 1000 pesos. O sea que, para una familia tipo, que seguramente no vive en un sólo ambiente, el sueldo promedio de los docentes apenas si alcanza para el alquiler. Una pena que Kirchner haya olvidado el dato cuando se refirió al conflicto. Podía ser importante para el análisis.
En las primeras reuniones de esta semana en el Ministerio de Trabajo, que oficia como “mediador” entre las “autoridades provinciales” y los delegados sindicales, les ofrecieron elevarles el básico a 210 y sumarles 100 pesos al sueldo general. Mientras escribo, los docentes analizan en asambleas de base una nueva propuesta gubernamental cuyo contenido no han dado a conocer.

Ahorro forzoso

Mucho se habló de los fondos ahorrados por Santa Cruz. Cerca de 500 millones dólares de regalías petroleras que fueron depositados en el exterior durante la última crisis bancaria y que, luego de demoras y dudas sobre el monto real, regresaron a la provincia. En estos momentos, en los que pretenden que festejemos la posesión de ahorros de 30.000 millones de dólares en el Banco Central, habría que preguntarse cómo y por qué han sido guardados.
La economía de un país, seguramente, no es comparable con la familiar. Sin embargo, algunas veces viene bien reparar en el ejemplo. Si uno tiene una familia tipo, que alimenta bien a sus cónyuges, les da comida y educación a su hijo mayor y deja al menor con pocos alimentos y sin ir a la escuela, pero tiene una cuenta bancaria gorda, ¿qué pensaríamos de esos padres? Si uno oyera a ese padre exhibir con orgullo la cuenta bancaria y olvidar a su hijo, no podría más que pensar que está ante un hijo de puta de proporciones. El mayor problema sería, claro, que ni a los cónyuges ni al hermano mayor les preocupe la suerte del menor, que casi les molestaría, pero eso ya lo hemos tratado en otros textos.
Pues bien, eso sucede en Santa Cruz. La provincia de las grandes riquezas petroleras y también turísticas, ahorra en tiempos de crisis a base de sueldos de 161 pesos de básico para los docentes; en realidad para todos los estatales, que están en la misma situación.
La otra razón por la que el sueldo de bolsillo está tan lejos del básico es que los reclamos se contienen a fuerza de represalias económicas. Durante estas huelgas por ejemplo, los docentes han sufrido descuentos de más de 1000 pesos en sus salarios. Como para que se les complique ejercer el derecho de huelga. De hecho, hace algunas semanas, mientras estaban reunidos, justamente organizando el fondo de huelga -crucial para apuntalar cualquier medida de fuerza extendida en el tiempo, pero muchos más en este caso dónde los descuentos han alcanzado hasta el 70% del salario-, les arrojaron una bomba molotov. El hecho de violencia no debería asombrar si se repasan las palabras del presidente, mientras era gobernador en el 2002, durante los cacerolazos: “hay que salir a defender. No podemos permitir que agredan más a la Municipalidad. (...) Son unos pocos, salgamos a la calle y se terminó, ¿cómo es este tema? (...) Volvamos a tener la dignidad y el orgullo de que somos los militantes del Frente para la Victoria santacruceña, ¿cómo puede ser que ustedes se hayan quedado y salgan esos cien a golpearnos las cacerolas a nosotros? Vamos a correrlos, ¿quién se creen que somos nosotros? (...) Se terminó compañeros, tenemos que salir al frente, si son cien, tenemos que ser mil o dos mil”.
Unos días después, el 26 de abril, un grupo de cien partidarios K golpeó con palos a los manifestantes que blandían cacerolas, como en todo el país. Los agresores habrían salido de la radio de un tal Rudy.

El fin (ocultar) ¿justifica a los medios?

En la provincia, los medios están en manos del gobierno o coaccionados por la pauta oficial, salvo unas pocas excepciones. Cuando digo que están en manos del gobierno, no significa que sean del Estado, sino que pertenecen a Rudy Fernando Ulloa Igor, el ya célebre ex chofer presidencial devenido en cabeza de multimedio. Los que no son de su propiedad, son manejados a través de la pauta oficial con el sistema de premios y castigos. Cualquier semejanza de alcance nacional no será pura coincidencia. Algunos rumores no certificados indican que Rudy le habría comprado Página 12 a Clarín, lo cual pasaría a ser chiste de tapa.
Durante el conflicto algunos medios han llegado ignorar marchas con 10.000 personas en una ciudad de 80.000 habitantes, algo así como si 350.000 se juntaran en la Plaza de Mayo y los diarios no publicaran la noticia.
Entre los pocos medios que cubren la protesta está FM News, una radio alternativa que, como todas, cuentan con el permiso precario, mientras se demora una nueva ley de radiodifusión que contemple la realidad actual y no la de la dictadura militar. La ley no sale, ente otras cuestiones, para poder coaccionar a los medios que nunca regularizan su situación intentando limitar sus contenidos. Así, por una orden del COMFER, News estuvo a punto de ser decomisada la semana pasada, pero una movilización lo impidió. Ahora, algunas personas están intentando boicotear una señal de cable, dejando de pagar el abono, como medida de protesta por la censura del conflicto por parte del Canal 2, propiedad de Ulloa.

Ni Castro ni Batista

Eduardo Arnold es diputado nacional por Santa Cruz. Fue K y, como tal, vicegobernador. Quiere ser gobernador en las próximas elecciones y como el presidente no le dio la Ley de lemas, se distanció del oficialismo y creo su propio partido, Unidos por Santa Cruz, con el cual piensa pelearle a quién sea el candidato K, probablemente la hermana Alicia. Ahora, en su nuevo rol de opositor, denuncia al entorno santacruceño del presidente. Estos personajes suelen ser peligrosos, pues cuando los dejan, cuentan todos sus secretos.
Hace pocos días, en la Cámara de Diputados, Arnold acuñó la siguiente frase: “pareciera que en la Nación gobierna Fidel y en Santa Cruz, Fulgencio Batista”. El ingenio lo acerca a su pequeño tocayo de la célebre serie Blanco y Negro (paradójicamente, al Arnold local le dicen Chiquito porque es alto), aunque uno debería pensar por qué se dio cuenta de todo tanto tiempo después sin haberse preguntado más temprano: “¿de qué estás hablando Kirchner?”. Su aporte como arrepentido, de todas maneras, resulta valioso.

Otro cura molesto

Juan Carlos Romanín es el Obispo de Río Gallegos. De los pocos integrantes de la Iglesia que alcanzan esa jerarquía en base al apoyo de las causas populares, Monseñor Romanín no dudó en viajar a Las Heras cuando se desató la brutal represión contra los petroleros, hecho que culminó con el extraño asesinato del policía Sayago, nunca debidamente aclarado. Los trabajadores, por miedo a las represalias, se guarecieron en la parroquia, protegidos por el cura Luis Bicegó, pero con el apoyo explícito del Obispo, que se entrevistó con los trabajadores y sus familiares.
Durante el conflicto con los docentes, Romanín volvió a estar del lado de los más débiles y acaba de denunciar su preocupación por cómo se vive en Santa Cruz en medio de la censura y la persecución a quiénes piensan diferente.
El gobierno no parece poder decir de él que encarna a la Iglesia reaccionaria. Como con Piña en Misiones, todavía no han encontrado la manera de controlarlo, sobre todo por el respeto que le guarda la sociedad local, sean creyentes o no.

El atentado

Tras el vuelco del camión conducido por José Walter Mansilla Alarcón en las cercanías de la casa del presidente en Río Gallegos, los Fernández hablaron de un atentado y dijeron que Mansilla era un emergente de la protesta social, de la cual participaba. Podría pensarse que alguien está haciendo inteligencia sobre las marchas, pero no es posible que eso ocurra en los tiempos de los derechos humanos. Los docentes, rápidamente, se despegaron de Mansilla, a quien tres pericias ya le dictaminaron trastornos psíquicos. De todas formas, la jueza de la causa, la prima presidencial María Valeria López Lestón, pidió una cuarta. No vaya a ser que el tipo esté loco y no lo puedan utilizar políticamente.
José Luis Bonato, dirigente de ADOSAC (Asociación Docente de Santa Cruz), nos dijo el miércoles en nuestro programa de radio que no tuvieron nada que ver con el hecho, pero además enumeró la serie de persecuciones que están sufriendo por parte de gente en camionetas sin patentes que no son del lugar.
En esa misma entrevista, pudimos notar que tienen una enorme necesidad de hablar, de contar todo lo que están pasando y resistiendo.
Con este gobierno, como con todos, se pueden tomar tres posiciones: ver sólo lo que está bien; hacer pie solamente en lo que está mal; o aplaudir lo que está bien y repudiar aquello con lo que no se acuerda.
Esta tercera posición no es tan famosa como la del General, pero es la que elijo.
Y, en este caso, me pone del lado de los docentes.

domingo, 25 de marzo de 2007

Rodolfo Walsh: extrañando sus análisis políticos

Hoy se cumplen 30 años del asesinato del periodista, escritor y militante revolucionario Rodolfo Walsh. Su muerte ocurrió durante un tiroteo cuando un grupo de tareas de la ESMA intentó secuestrarlo mientras repartía en diferentes buzones callejeros, de manera clandestina, copias de su Carta Abierta a la Junta Militar, a un año del golpe de 1976. La lucidez de la evaluación política que puede apreciarse en el texto, vuelven a la carta un documento histórico de lectura incansable.
Si hay un lugar común que deberíamos empezar a discutir respecto de la acción criminal de la dictadura, es que desaparecieron a los mejores. Esa consigna, profundamente cruel con los sobrevivientes, tiene su apoyo en casos como el de Rodolfo Walsh que, efectivamente, fue de los mejores.
Su visión profundamente real de las circunstancias que le tocaron vivir, le permitieron, por ejemplo, discutir en la conducción de Montoneros un posible repliegue militar luego del golpe, reclamo que fue desatendido. Según cita Ana Longoni en Traiciones, su brillante libro de reciente aparición, Walsh, en dos documentos firmados a fines del '76 y en el comienzo del ´77, denunció la "persistente ausencia de autocrítica" de la línea militarista de la organización y apostó a un repliegue que nunca se realizó, argumentando que "se parte de la hipótesis de que la guerra en la forma en que la hemos planteado en 1975-1976 está perdida en el plano militar y que la derrota se corresponde en el plano político con el repliegue de las masas".
A modo de mínimo homenaje, publicamos el texto completo de la carta.


Carta Abierta a la Junta Militar

1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.
Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivtas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.

2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.1
Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.
De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda un ley que fue respetada aún en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.
La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas.2
Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.

3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.
Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.
Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.
Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia,incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.
El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.3
Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y Ios partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.
Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.4
El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.

4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas.5
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia.
Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron.6
Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.
En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces dc atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea 7, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte.8
La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Boliva y Uruguay.9
La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.
Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de "Prensa Libre" Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.
A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal".10

5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.
En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar11, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.
Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisioncs internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9%12 prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.13
Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la "racionalización".
Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subtérráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo , el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortutunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.
Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.
6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.
Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos".14
El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos".
Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideologia que amenaza al ser nacional.


Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán dcsaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.


Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.




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1 Desde enero de 1977 la Junta empezó a publicar nóminas incompletas de nuevos detenidos y de "liberados" que en su mayoría no son tales sino procesados que dejan de estar a su disposición pero siguen presos. Los nombres de millares de prisioneros son aún secreto militar y las condiciones para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.


2 El dirigente peronista Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el ex diputado radical Mario Amaya muerto a palos, el ex diputado Muñiz Barreto desnucado de un golpe. Testimonio de una sobreviviente: "Picana en Ios brazos, las manos, los muslos, cerca de Ia boca cada vez que lloraba o rezaba... Cada veinte minutos abrían la puerta y me decían que me iban hacer fiambre con la máquina de sierra que se escuchaba".

3 "Cadena Informativa", mensaje Nro. 4, febrero de 1977.


4 Una versión exacta aparece en esta carta de los presos en la Cárcel de Encausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: "El 17 de mayo son retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros que luego son fusilados. Se trata de Miguel Angel Mosse, José Svagusa, Diana Fidelman, Luis Verón, Ricardo Yung y Eduardo Hernández, de cuya muerte en un intento de fuga informó el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayo son retirados José Pucheta y Carlos Sgadurra. Este úItimo había sido castigado al punto de que no se podía mantener en pie sufriendo varias fracturas de miembros. Luego aparecen también fusilados en un intento de fuga".


5 En los primeros 15 días de gobierno militar aparecieron 63 cadáveres, según los diarios. Una proyección anual da la cifra de 1500. La presunción de que puede ascender al doble se funda en que desde enero de 1976 la información periodística era incompleta y en el aumento global de la represión después del golpe. Una estimación global verosímil de las muertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600. Fusilados: 1.300. Ejecutados en secreto: 2.000. Varios. 100. Total: 4.000.


6 Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia Clandestina de Noticias.


7 "Programa" dirigido entre julio y diciembre de 1976 por el brigadier Mariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se usaron transportes Fokker F-27.


8 El canciller vicealmirante Guzzeti en reportaje publicado por "La Opinión" el 3-10-76 admitió que "el terrorismo de derecha no es tal" sino "un anticuerpo".


9 El general Prats, último ministro de Ejército del presidente Allende, muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los ex parlamentarios uruguayos Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron acribillados el 2-5-76. El cadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el 2-6-76, después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de Isabel Martínez, general Harguindeguy, lo acusó de "simular" su secuestro.


10 Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli según "La Razón" del 12-6-76. Jefe del Grupo I de Artillería de Ciudadela. Pascarelli es el presunto responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de 1977.


11 Unión de Bancos Suizos, dato correspondiente a junio de 1976. Después la situación se agravó aún más.


12 Diario "Clarín".


13 Entre los dirigentes nacionales secuestrados se cuentan Mario Aguirre de ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y Fuerza. Los secuestros y asesinatos de delegados han sido particularmente graves en metalúrgicos y navales.


14 Prensa Libre, 16-12-76.

sábado, 24 de marzo de 2007

Los indultos no se tocan

El miércoles pasado, la Cámara de Diputados intentó anular los indultos firmados por Menem para "pacificar" al país. El proyecto de ley es del ARI y no pudo tratarse en el recinto, en la semana previa a un nuevo aniversario del golpe militar, porque la bancada oficialista y los diputados radicales no bajaron al recinto.
Como documento para que la noticia sea analizada por el lector sin nuestra opinión de por medio, publicamos aquí la versión taquigráfica de la breve sesión.

-En Buenos Aires, a los veintiún días del mes de marzo de 2007 a la hora 12 y 08:

Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- No habiéndose conseguido el quórum necesario, declaro fracasada la sesión especial.[1]
Sin perjuicio de ello, tiene la palabra la señora diputada por Buenos Aires.

Sra. Rodríguez.- Señora presidenta: en realidad este tipo de sesiones llevadas a cabo durante la semana del golpe de Estado de la dictadura militar tiene una larga historia, que empezó casi sola Patricia Walsh –a quien quiero reconocer en este acto- para lograr la nulidad de las leyes de impunidad.
Se inició con una serie de sesiones en minoría. Éramos muy pocos los diputados que concurríamos, quizás en algunos momentos éramos tan pocos como vergonzosamente se da hoy con los que estamos aquí, porque en este momento hay más gente en las galerías -algo que me enorgullece- que los que estamos aquí sentados.
Sabíamos que tarde o temprano esas sesiones iban a sumar mayor cantidad de diputados. Lo que no tiene explicación es cómo los señores diputados del oficialismo, que se vanagloriaron de sancionar la nulidad de las leyes de obediencia debida y de punto final, no ocupan hoy estas bancas cuando los argumentos son los mismos.
No me voy a extender en los fundamentos jurídicos, ya que todos sabemos que esta es una sesión en minoría, pero basta leer la versión taquigráfica de la sesión donde se trató la nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final. Basta leer lo que dijeron los señores diputados del oficialismo para sostener que esas leyes eran insanablemente nulas. Esos mismos fundamentos determinan que estos decretos sean también insanablemente nulos.
Desde ya que la responsabilidad le cabe al presidente, quien tiene en sus manos la herramienta para nulificar esos decretos que están en su órbita. Ahora bien, eso no nos exime de la responsabilidad de declarar insanablemente nulos tales decretos.
Nos decían en su momento que no habrá ningún efecto, no tendrá validez ni consecuencia jurídica algunas si sancionamos una ley de este tipo.
Miren la realidad, observen qué pasa con las causas de los derechos humanos. Miren cómo avanzan, observen el fallo de la Corte Suprema. No es cierto que no tuvieron consecuencias. Lo cierto es que desde que sancionamos la nulidad de las leyes de impunidad avanzaron las causas contra las violaciones de los derechos humanos en este país.
Es incompatible con un Estado de derecho que genocidas que cometieron las más aberrantes violaciones a derechos humanos sigan amparados por el decreto de indulto y que también sigan amparados por este Estado, porque ni el presidente ni esta Cámara han movido un ápice esa situación. Sólo en ciertos casos aislados algunos jueces se están ocupando del tema.
En este contexto no tenemos forma de explicar lo que ha ocurrido. Si bien acepto que han existido progresos en materia de derechos humanos, también debo reconocer que se ha producido cierta impunidad para genocidas del calibre de los que han sido indultados. No los voy a nombrar a todos, porque ya lo ha hecho la ex diputada Patricia Walsh en innumerables sesiones, citando todos los antecedentes.
Espero que, como ha dicho la ex diputada Walsh, tarde o temprano los diputados asuman la responsabilidad que tienen, porque en algún momento van a tener que enfrentar a la historia y a los hijos de los desaparecidos. Van a tener que dar la cara ante sus propios hijos, nietos y familiares sobre la actitud que han tomado porque, a pesar de haber repuesto el estado de derecho y la restauración de las instituciones en el país, no fueron capaces de condenar a los mayores culpables de las violaciones de derechos humanos. Esos diputados hoy no sé dónde están, pero no están ocupando sus bancas.
Si llegaran a tener argumentos en contra, deberían estar acá explicándolos. Pido que tengan el coraje suficiente para dar el debate que la sociedad espera. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Tiene la palabra el señor diputado por la Capital.
Sr. Tinnirello.- Señora presidenta: esta es una nueva oportunidad para hacer justicia con uno de los hechos más aberrantes que ha vivido la Argentina. Estoy hablando de la justicia que requieren los familiares, los hermanos y los amigos de los compañeros que estuvieron perseguidos en esa época junto a nosotros, y muchos integrantes de esta sociedad.
A pesar de los discursos que oímos desde la bancada oficialista, cuando venimos a este recinto a solicitar la nulidad de los indultos no están presentes.
Esa ausencia de los señores diputados no es gratuita, y lo dijimos hace meses cuando se intentó tratar el tema de la nulidad de los indultos en este recinto. Estaban las bancas vacías de los integrantes del bloque del Frente para la Victoria, y hoy veo que ocurre lo mismo con el radicalismo, salvo una excepción.
Cuando no se hace justicia y cuando no se encarcela a los responsables máximos de esta dictadura terrible que sufrió nuestro país, se pagan consecuencias como la desaparición de Jorge Julio López.
No es gratuito que hoy no estén presos estos genocidas y responsables del golpe militar en cárceles comunes. Tampoco es gratuito que no se anulen los indultos. Todo esto se paga con la persecución y con el sostenimiento del aparato represivo que continúa desarrollándose.
Surge la pregunta del porqué. ¿Por qué el presidente Kirchner se niega a anular los indultos? Creo que en realidad no sólo se niega a hacer justicia y a condenar a los responsables del golpe militar –el más aberrante que sufrió nuestro país‑, sino que también trata de preservar esas fuerzas represivas para continuar avanzando contra el pueblo.
Hoy tenemos cerca de cuatro mil procesados políticos y sociales por estar luchando por sus derechos.
Podríamos decir que este gobierno tiene el privilegio –nefasto privilegio- de ser uno de los más persecutorios de las luchas sociales, y esto es estadístico. Pero, por otro lado, el discurso o la retórica de este gobierno es que planta bandera en defensa de los derechos humanos.
Eso avanza también en otras áreas. ¿Saben ustedes que hoy está militarizada la provincia de Santa Cruz? ¿Saben que hoy hay 500 gendarmes en Río Gallegos porque allí están en lucha los docentes? ¿Saben ustedes que está militarizada la localidad de Las Heras después de la lucha petrolera y que Caleta Olivia también está militarizada con gendarmes por la lucha docente?
¿Por qué se conserva ese aparato represivo? Se lo hace justamente porque se quiere preservar este modelo económico, que sustancialmente no ha cambiado en lo que se refiere a explotación de los trabajadores y a su sufrimiento.
En una reunión llevada a cabo en la localidad de Quilmes nos enteramos de que a pesar de que se plantea que se ha mejorado el empleo, el 60 por ciento de las personas en edad de trabajar reciben los planes sociales o algún otro plan social. Si bien esas personas no figuran como desocupadas, todos sabemos que lo siguen siendo porque no han cambiado las reglas en este país; se siguen manteniendo.
Por otra parte, hoy hablé con la gente de ADOSAC, que es la entidad que agrupa a los trabajadores docentes de Santa Cruz. Por supuesto que las movilizaciones que hacen los docentes en esa provincia son inmensas ya que son seis mil en Río Gallegos y nueve mil en toda la provincia de Santa Cruz. Esa gran cantidad de docentes se moviliza contra este gobierno supuestamente defensor de los derechos sociales y laborales, y por supuesto de los derechos humanos.
¿Saben ustedes cuánto les pagan en blanco a los docentes mientras se hace una campaña en contra del trabajo en negro? Les pagan 161 pesos de básico en blanco. ¿Saben cuánto les pagan a los trabajadores administrativos de las escuelas? Les pagan 57 pesos de básico, cifra que tranquilamente se puede juntar en monedas limpiando vidrios en las esquinas. A los porteros, justamente por su actividad, les pagan un poquito menos: 49 pesos de básico.
Todo eso explica que no se anulen los indultos. Eso explica que en Santa Cruz sigan funcionando las patotas y que éstas rompan y quemen un auto del gremio ADOSAC o apedreen a la gente de ese gremio durante una movilización. Ese es el estilo K.
El estilo K en Santa Cruz es mandar la patota. Por eso sostienen a los genocidas. Para mí no hay casualidades, señora presidenta. Cuando se quiere enfrentar al pueblo que lucha en defensa de sus derechos, o se usa la patota o se usan las fuerzas militares, policiales y represivas para que el pueblo quede sometido.
Por supuesto que más allá de eso, en Santa Cruz se lucha y el pueblo argentino va a seguir luchando en todo rincón del país.
Todo eso explica que hoy nuestra intención se vuelva a ver frustrada, y fundamentalmente la de quienes están ahora en las galerías y la de muchos otros que quedaron afuera reclamando que se haga verdadera justicia. La explicación es que se preserva; la explicación es que a los trabajadores que salen a la lucha, como lo hicieron en su momento los trabajadores del Hospital Francés, les mandan la patota, y se las manda Alberto Fernández.
Me pregunto qué diferencia hay con la Triple A, con el Comando de Organización, previo al golpe militar. ¿Cuál es la diferencia, señor Kirchner, que tanto denuncia ahora para generar una especie de discusión alrededor de lo que pasaba antes del golpe militar, cuando su propio gobierno hoy utiliza la patota? Entonces, ¿cuál es la diferencia? Son los nuevos parapoliciales, paramilitares o paraestatales.
En ese estado de cosas estamos, y por eso venimos insistiendo y nos hemos sumado al reclamo de otros señores diputados, entre ellos, la ex diputada señora Patricia Walsh quien desde hace mucho tiempo ha venido reclamando con un proyecto sobre nulidad de los indultos. No obstante, hemos planteado algunos aportes propios porque lo creemos oportuno, ya que consideramos que aquel que indulta debe ser también juzgado y encarcelado.
Por lo expuesto, íbamos a proponer la incorporación de un artículo que dijera textualmente: “Se impondrá prisión o reclusión de diez a veinticinco años e inhabilitación absoluta perpetua al funcionario público que concediese amnistía o decretase el indulto o la conmutación de penas de personas procesadas o condenadas por delitos de lesa humanidad, cualquiera sea el tiempo en que hubieran sido cometidos sin perjuicio de la nulidad absoluta e insanable del acto.”
Consideramos que la persona que indulta también es responsable y protector de estos genocidas.
Por ello, creemos que estas bancas vacías vuelven a demostrar que este gobierno no responde al reclamo popular de hacer justicia. Esto también se vincula con la propia actitud del gobierno que quiere aprovecharse y apropiarse de estas banderas en el acto que se llevará a cabo el próximo 24 de marzo.
Debe quedar en claro que ese día habrá dos actos: uno el convocado por las organizaciones que están aliadas al gobierno de Kirchner, que no hará más que justificar este tipo de acciones y demostrará no ser consecuente con la lucha de los derechos humanos; y el segundo, organizado por las organizaciones de los derechos humanos a fin de ser consecuentes y fieles luchadores para que esta conmemoración se lleve adelante con el fin de que haya justicia en nuestro país, vayan presos todos los genocidas y aparezca con vida Jorge Julio López, una de las banderas y reclamos más inmediatos que tenemos. (Aplausos.)
Sra. Presidenta (Vaca Narvaja).- Con las palabras pronunciadas por los señores diputados, se dan por concluidas las manifestaciones en minoría.


- Es la hora 12 y 24.


Rodríguez (M.V.)....................................... 1

Tinnirello............................................. 2


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[1] La convocatoria de la Honorable Cámara a sesión especial se ha originado en un pedido de varios señores diputados en número reglamentario con el objeto de abocarse al tratamiento de los proyectos de ley contenidos en los expedientes 6.779-D.-2006 y 7.588-D.-2006 relativos a los delitos de lesa humanidad, prohibición de amnistía, indulto o conmutación de pena.

miércoles, 14 de marzo de 2007

La vida es un documental
(Relatos desde el Festival de Cine) II

Entre una función y la siguiente, comer puede demandar demasiado tiempo. Sólo tengo suficiente para un sándwich, no más. Un lugar cercano promete variedad de lomitos. Me siento a una mesa y aprovecho la espera para escribir acerca de lo que acabo de ver: dos documentales que tratan sobre las pasteras en el Río Uruguay. Pero un suceso me interrumpe. Y no es la llegada de mi pedido.
Un señor entra y se acerca hasta la barra para pedir permiso e ingresar al baño. La señora que lo atiende le dice que no, con el famoso argumento que los baños son sólo para el uso de los clientes. El tipo, gordo y con una voz triturada de excesos, le responde: “¿cómo no me vas a dejar entrar al baño?, no podés”, y sin más, sube la escalera que le aliviará la vejiga. La mujer se perturba. Es sencillo suponer que el hombre tiene razón, pero que quizá no hubiera actuado igual si lo hubiese atendido otro varón. Contrariada, le cuenta lo ocurrido a sus compañeros en la cocina. Uno sale y le dice: “cortale la luz”, y es lo que hacen. Al rato, el tipo baja y la estropea diciéndole que no saben quién es él y si acaso creen que es un perejil. Venía bien, pero ahí se fue al carajo.
El lomito se demora. Mi tiempo se agota. Tengo ganas de ir al baño pero prefiero hacerlo luego en el cine. Un pequeño acto de reparación: “tomá, tengo ganas pero no entro a tu baño aunque sea cliente”, le digo sin decir. Mejor sigo escribiendo, aunque no me queden muchas ganas de quedarme aquí.

La vida es un documental, pareciera ser mi consigna de cabecera durante los primeros días del Festival de Cine.
El género ha sabido darse una vuelta de tuerca para no quedar emparentado al tipo de material que puede verse en el cable. Entre tanto canal que los emite y hasta con programas periodísticos que asumen ese formato para sus informes, quienes desean pasear sus trabajos documentales por el cine intentan tomar riesgos técnicos que, generalmente, los mejoran.
No es casualidad que se proyecten tantos documentales en la muestra. Tampoco que todas las funciones sean a sala llena, aunque esto parece propiedad del festival en sí.
El año pasado, en la proyección de Fusilados en Floresta, que repasa los asesinatos de tres muchachos en el fin de año de 2001, sólo éramos veinte personas en la sala. En esta edición, cada documental que vi presentó salas completas y aplausos finales fervorosos.
En esta lógica, que Gualeguaychú tenga dos obras que retraten su problemática parece casi inevitable.
Allí están todavía mostrándose en conjunto los trabajos de Miguel Mirra y el Movimiento de Documentalistas por un lado y Emilio Cartoy Díaz por otro.
¡Que viva Gualeguychú!, de Mirra, tiene una virtud: supo colocar su lente en el modo de lucha que eligieron los gualeguaychuenses: una organización asamblearia y horizontal que resiste al paso del tiempo sin quebrarse; pero, a la vez, esa virtud del realizador podría ser a la vez el peor defecto. A veces se distrae intentando abarcar la profundidad temática de las pasteras, cuando quizá debió haber sido sobre la Asamblea Ciudadana Ambiental y nada más. Al intentar abarcar el conflicto en general, pierde fuerza. Sobre todo si seguido se proyecta Historia de dos orillas, cuyo fin notorio es contar el conflicto y su desarrollo. Allí, Cartoy Díaz –apoyado claramente por un presupuesto muy superior- logró realizar una investigación periodística que aporta mucho a un tema difundido hasta el agotamiento.
Eduardo Galeano, Pino Solanas y Eric Calcagno lucen bien al lado de las imágenes de Valdivia, Chile o de la Ría de Pontevedra, en Galicia, ambas con sus pasteras y daños a la vista. Con joyas históricas como la imagen de Franco inaugurando la planta de Ence o hasta volviendo divertida la gastada irrupción de Evangelina Carrozo (más bonita antes de agregarse peso) delante de los presidentes, los 57 minutos de Historia de dos orillas resultan imperdibles para entender por qué los habitantes de Gualeguaychú no están dispuestos a dar ni un paso atrás.
Llega el lomito. Las ganas de orinar aumentan hasta el ardor. Tengo que resistir. Debo lograrlo. Pensar en Gualeguaychú ayuda a sostener cualquier lucha. Hasta la más pequeña resistencia.

Vacaciones a oscuras
(Relatos desde el Festival de Cine) I

Las vacaciones, suele decirse, son para hacer todo lo que uno no puede durante el año laboral. Como efecto colateral, entonces, también debería dejar de lado aquello que hago cotidianamente.
Vine a Mar del Plata por unos días no sólo para desprenderme de Buenos Aires, sino para desconectarme un lapso de todas mis ligaduras porteñas.
Y aquí estoy, escribiendo, que es lo que hago buena parte de mi tiempo normal.
Superado ese fracaso-contradicción, me interné de cabeza en el 22° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Ya había disfrutado de la edición anterior, así que estoy repitiendo la maravillosa experiencia de salir de un cine para entrar a otro, como si huyera de la luz natural para quedar atrapado por esa que se agiganta en el viaje desde el proyector hasta la pantalla.
Estas líneas contendrán opiniones acerca de las obras que alcance a ver, pero sin presumirme crítico especializado ni mucho menos. Serán sentencias no sólo subjetivas, sino hasta a veces caprichosas.
El primer día elegí ser monotemático desde algún lugar del inconsciente. Vi varios documentales con temática setentista. Al menos eso creí. Porque cuando terminó Un claro día de justicia, entendí que hay historias que, lo deseemos o no, están a treinta años de distancia pero nos alcanzan. Con una narración demoledora, Ana Cacopardo e Ingrid Jaschek, logran emocionar relatando el juicio a Miguel Etchecolatz. Es cierto que, seguramente sin pensarlo mientras lo filmaban, la desaparición de Jorge Julio López termina dándole otro significado, pero de todas maneras las historias que recorren la obra disparan lágrimas y anudan el cuello.
Hacen tres paradas en los casos emblemáticos que ayudaron a condenar a Etchecolatz por delitos de lesa humanidad, en un fallo que incluyó por primera vez la categoría de genocidio para los asesinatos y desapariciones de la última dictadura. El más conmovedor quizá sea el de Chicha Mariani, cuyo hijo y nuera fueron asesinados en una casa de La Plata que hoy es sede de la Fundación Anahí. La historia de Chicha es más o menos conocida. Busca a su nieta Anahí, que fue robada por los asesinos de sus padres en el mismo operativo. La entereza de Mariani a la hora de declarar, a pesar de los años, contagia una fuerza que muchas veces uno no sabe dónde tiene, pero que está escondida para aparecer en momentos clave. Cuando el presidente del tribunal le pregunta si quiere tomar un descanso, ella responde con firmeza: “yo preguntaría si ustedes quieren hacerlo”. La segunda estación es Nilda Eloy, de la Asociación ex Detenidos-Desaparecidos. El instante del reconocimiento del pequeñísimo calabozo que ocupó en uno de los centros clandestinos de detención por los cuales pasó, está captado con el dramatismo que la situación requiere, con naturalidad; una naturalidad que por cierto duele. El tercer punto es el de López y hay que agradecer a las realizadoras que no hayan cedido ante la tentación de desviar el eje y detenerse sólo en su presencia en el juicio para explotar su ausencia que perdura. Las recorridas con él para encontrar los lugares del horror –siempre con ese pulóver rojo y la gorra con la que nos acostumbramos a verlo aunque no esté- y su testimonio, sobre todo cuando rompe en llanto al contar que una compañera le pidió durante el cautiverio que, si salía, le diera un beso a su hija y le dijera que la quería, dan lugar a que esa hija, ahora una mujer de treinta años, cuente el significado de esas palabras de su vieja y de ese beso que López nunca le dio. Y se mete con un tema recurrente en este tipo de situaciones: la etapa por la que casi todos los hijos de desaparecidos pasaron y que incluye enojo con sus viejos por haber elegido la militancia y hasta la muerte antes que la crianza de sus hijos.
Son cincuenta y dos minutos muy valiosos, que seguramente fueron pensados para retratar la esperanza de que la justicia al fin llega, pero que será una partida empatada hasta que López aparezca.
Luego vino 7746 Legajo Conadep, de Rodrigo Sepúlveda y Cecilia Agüero. Narra el caso de Carmelo Cirella, un policía que participó de varios operativos de aquella época y que pasó varios años en las cárceles de la dictadura por robos. Seguramente ese desengaño con sus ex compañeros lo llevó a declarar ante la Conadep en 1984. El reportaje actual a Cirella es valioso pero de a ratos aburre. El modo de contarlo, con una engolada voz en off, no ayuda. Es una historia interesante, que tal vez diera para más.
4 de julio, de Juan Pablo Young y Pablo Zubizarreta, se mete con el asesinato de los curas y seminaristas palotinos en una Iglesia de Belgrano. Sale de lo común al modificar el sujeto del relato: al comienzo es Eduardo Kimel -el periodista que más investigó el caso y fue sentenciado por calumnias e injurias contra el juez que llevó la causa, Guillermo Rivarola- y en otras el narrador desaparece para dar lugar a los testimonios; la voz en off que lee el diario de uno de los curas asesinados, en este caso agrega solidez. Según los títulos es Julio Chávez y me inclino a pensar en el actor, pero no puedo confirmarlo con nadie. Los festivales son así.
La actualidad de los sobrevivientes (que no estaban en la Iglesia aquella madrugada por diferentes razones), todos haciendo política, deja implícita una pequeña victoria: la muerte y el miedo no cumplieron por completo su triste papel.
Las imágenes de archivo ayudan a poner en contexto y el final (sí, voy a contarlo) evidenciando que Kimel es el único condenado por el hecho, remata con certeza.
Estoy agobiado. Mucha política para el primer día. Para mañana me quedan un par de documentales acerca de las pasteras en Fray Bentos y después le daré lugar a la ficción, que pide a gritos un lugar en mi cartelera.
Volveré a escribir. Pero estoy de vacaciones y quizá no deba hacerlo. Es hora de entrar en otra sala. Todavía no sé qué es la playa. Mis ojos se entrecierran por la luz. Afuera es de día y yo voy por más oscuridad. No puedo evitarlo.

domingo, 4 de marzo de 2007

Héctor Darío Bustos, víctima de segunda
(Informe completo)

“Iba para la casa de mi papá cuando se me aparece un Peugeot 405 con cuatro personas, el mismo que ya me venía siguiendo. Uno se baja corriendo y me apunta con un arma desde el capot, y otros dos vienen por las puertas laterales. El que entra al coche por la puerta del acompañante me pega una trompada y me dice: ‘quedate piola, si no te hacemos cagar’. Yo me asusté mucho. Me agarran de los pelos, me colocan una capucha y me llevan. Cuando vamos viajando escucho que suena un celular y alguien dice: ‘operativo cumplido, resultado positivo: lo chupamos’. Hasta que me largaron no me sacaron la capucha más que para darme agua y ‘masita’ y cuando me marcaron la cara y me quemaron las orejas. A los que me levantaron sí los reconozco. Me llevaron a un lugar donde me torturaron, me pegaron mucho, enseguida me apodaron el zurdito, me marcaron la cruz svástica en el pecho ‘para cambiarme los pensamientos’, me torturaban psicológicamente poniéndome una pistola en la cabeza y decían ‘llegó tu hora, zurdito’ y gatillaban; la bala no salía, eso lo hicieron muchas veces, me metieron un palo en el ano y me lo hicieron chupar, con un fierro me dieron corriente y sentía que mi cuerpo explotaba”.
Este no es el testimonio de un ex detenido desaparecido de la dictadura militar que aterró a la Argentina entre 1976 y 1983. Es el relato de Héctor Darío Bustos, un militante político y social de Venado Tuerto, provincia de Santa Fé, quien denuncia haber vivido ese calvario desde la noche del 13 hasta la madrugada del domingo 24 de diciembre de 2006.

El hecho sucedió entre la desaparición de Jorge Julio López, el 18 de septiembre, y la de Luis Gerez, el 27 de diciembre. Sin embargo, aunque estos tres casos puedan parecer muy similares, el de Darío Bustos sólo fue tomado por los medios locales y por Página 12 en un primer momento, y algunos organismos de derechos humanos emitieron comunicados de repudio y pedidos de esclarecimiento, también los primeros días luego de su aparición. Casi inmediatamente y ahora mismo, es olvidado e ignorado.

El poder político de Venado Tuerto logró instalar la idea de que podría haberse ocasionado las lesiones él mismo.
Poco después de que lo encontraran en una ruta cercana, Roberto Scott, intendente de la ciudad, kirchnerista igual que Bustos, aunque de otra línea interna del peronismo, utilizó los medios para ensuciar a la víctima: "todo esto es un ajuste de cuentas y está armado para dañar a Freyre, que es mi yerno y candidato a intendente” y agregó: “averigüen de qué vivió en los últimos tiempos este hombre, de dónde sacaba la plata que ostentaba porque nunca trabajó. Le pegaba a la esposa y tiene denuncias por lesiones graves. Ella está escondida porque dice que él la busca para pegarle", y para decir que las heridas no habían sido para tanto: “no está tan lastimado como dice. Incluso le quisieron dar el alta y no se quiso ir del hospital porque se le termina el teatro. Otra cosa: tenía una lesión en un lugar muy privado y el médico dijo que no fue dañado allí luego de que le hicieron una... algo de escopía (sic) y le dio negativo” dijo el mandatario a LT8 de Rosario, según el diario La Capital.

La historia clínica del Hospital Alejandro Gutiérrez, donde Bustos permaneció internado en Terapia Intensiva dice que “ingresa con cuadro de deshidratación, múltiples hematomas en todo el cuerpo, lesiones con elemento quemante en oídos, pene y muslos, edemas y eritemas en muñecas, escoriaciones en cara, lesiones ampollares en torax por quemaduras”. Las lesiones anales no pudieron comprobarse. Fuentes médicas consultadas nos dijeron que el tejido de las mucosas del conducto anal podría regenerarse en lesiones no muy severas, después de varios días.

La causa se instruyó inicialmente como averiguación de paradero, pero ahora el expediente está caratulado como privación ilegítima de la libertad con tortura. Nélida Caseri intuye que a su hijo lo liberaron por la presión de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación: “cuando lo soltaron, le dijeron ‘zurdito hijo de puta, te salvaste porque la mano vino pesada’”.

La entrevista
Es domingo. Nos encontramos con Héctor Darío Bustos en un bar de Venado Tuerto, del estilo de los pizza café porteños, pero decorado con mejor gusto. La camioneta policial con los dos agentes que lo custodian está enfrente. Son un hombre y una mujer. Desconfía de ellos. Nosotros también. Nos cuenta una serie de hechos intimidatorios que aún hoy le estarían ocurriendo, se siente perseguido, vigilado y escuchado constantemente.

Durante la entrevista, acongojado por tener que repasar otra vez el dolor, despliega sobre la mesa recortes periodísticos que dan cuenta de su militancia, que reconoce reciente. Comenzó hace unos años cuando descubrió con sus vecinos del Barrio 102 viviendas que el agua estaba contaminada, porque las casas fueron construidas sobre un terreno que había funcionado antes como una planta de gas. Junto a su ahora ex mujer, María Laura Beltramini, realizaron los primeros análisis que determinaron que el agua del lugar contenía sustancias que la hacían no apta para el consumo humano. Golpeando cada puerta del complejo habitacional se erigieron en referentes de sus vecinos y lograron que el problema trascendiera los límites del barrio.
De ahí a la política partidaria hubo un paso; o un salto al vacío, según cómo se vea. Se acercó al PJ de la ciudad y acompañó a Roberto Scott hacia la intendencia, trabajando junto a su yerno, José Luis Freyre. Hasta que organizó la visita del padre Luis Farinello a la ciudad, situación que lo distanció de Scott por la ideología del sacerdote y lo acercó a la CGT local, enfrentada con la línea del intendente, con quienes realizó algunas actividades más. A Scott no le caen bien las causas de derechos humanos. Es defensor de la política de “mano dura controlada” y ha declarado en diarios zonales bestialidades del tipo “todos vemos por televisión a piqueteros encapuchados que atacan a policías y estos no pueden contrarrestarlos porque los están filmando y temen la acción de los jueces. Ellos pegan y la policía no puede tocarlos, en estos casos considero que hay que reventarles la cabeza a garrotazos porque si vienen encapuchados a pegarle a un policía y el sueldo se lo pagamos nosotros, no se merecen otra cosa”.

Bustos nos sorprende cuando cuenta que se interesó por las causas de derechos humanos porque escuchó a Kirchner hablar del tema. Su madre había sido militante política en los 70´, y por su casa habían pasado muchos compañeros hoy desaparecidos.
Asi, llevaron a Estela de Carlotto por primera vez a Venado Tuerto y pasaron a ser representantes de la Red por el Derecho a la Identidad. Cuando hicieron pública su participación en la Red varios chicos que dudan de su identidad se les acercaron, y ellos entregaron la documentación de por lo menos un caso a los equipos de investigación de Abuelas.
Abuelas de Plaza de Mayo emitió un comunicado en el que expresó su “profunda preocupación” por el hecho y por la probable participación policial, pero no se refiere, ni siquiera a modo de posibilidad, a la trama política. Cuando Bustos se demoraba en declarar por desconfiar de la justicia local, decían que no podían hacer demasiado mientras no se presentara en el expediente. Hace algunas semanas declaró ante el fiscal durante dos jornadas, pero la actitud de Abuelas no ha sufrido modificaciones. En el medio, la madre de Bustos, Nélida Caseri, tal vez con poca muñeca, les envió una carta documento denunciándolos por abandono de persona.
Consultamos a Estela de Carlotto, sobre todo cuando conocimos su reciente visita a Santa Fé, en la que, según Rosario 12, habría dicho que “tenemos buenas noticias de lo que pasa en Santa Fé”. Le preguntamos si había hablado de Bustos con Domingo Pochettino, Secretario de Derechos Humanos provincial: “sí, hablé el tema de este chico. No sabía cómo estaba la causa porque no tenía noticias en absoluto. Quería saber cómo estaba él, me dijeron que está mejor, que todavía está shockeado, que los peritos y psicólogos que lo atienden dicen que este chico ha sido efectivamente secuestrado, porque se había barajado la versión del autosecuestro. La Secretaría de DD.HH. está totalmente comprometida en colaborar con el esclarecimiento. Hasta ahora no hay novedades, pero por suerte él se avino a declarar”.
Bustos asegura que durante los interrogatorios le pedían que "les dijera los nombres de los equipos que hacen las investigaciones de las Abuelas de Plaza de Mayo, si tenía algún contacto en la ciudad que ellos no conocieran y qué era lo que estaba investigando en Venado Tuerto. Cuando me largan me dicen: ‘dale este mensaje a Estela (de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo): decile que a ella y a todos los zurditos que tiene alrededor los vamos reventar’”. También asegura que le preguntaban “con quién me entrevistaba en la Casa de gobierno, si tenía algún contacto en Venado Tuerto que ellos no conocieran y si estaba investigando algo en Venado”.

Disgustados con Freyre, Bustos y Beltramini se sumaron al Frente por la Victoria y comenzaron a contactarse con referentes políticos en Buenos Aires. Dice que visitó en varias ocasiones la Casa Rosada para reunirse con Carlos López (quien le fuera presentado por Carlotto), hombre de confianza del Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, para aportarle datos “sobre los movimientos que se hacían acá en Venado Tuerto, que Scott decía que era kirchnerista pero se vinculaba con menemistas y de los pensamientos que tienen sobre los derechos humanos”.

En los días previos al secuestro, cuando la persecución que sufría se hacía insoportable, Bustos se entrevistó con Remo Carlotto, por medio de quien se conectó con Alfredo Vivono, subsecretario de Derechos Humanos de Santa Fé: “llorando le pedí a Vivono: ‘por favor ayúdeme, que algo va a sucederme’, pero no me escuchó, no me creyó, pensó que estaba delirando”. En los últimos tiempos, Vivono comenzó a reparar su equivocación previa al secuestro y retomó el contacto con la familia, fundamentalmente para prestarle apoyo psicológico y económico.
Un par de funcionarios nacionales le mostraron molestias a Caseri por algunas de sus declaraciones públicas y le recomendaron que no hablara con periodistas que buscan dejar mal parado al gobierno. Caseri, en realidad, no distingue entre medios, el problema es que sólo unos pocos publicamos la noticia y la seguimos.

La interna política y la policía

Bustos no duda en vincular su secuestro a las denuncias que había realizado junto a Beltramini contra Juan Vidal, Secretario de gobierno de Venado Tuerto y ex intendente de Villa Cañás durante la dictadura, por su supuesta participación en la represión ilegal, a quien también responsabiliza por las amenazas y persecuciones que venía sufriendo junto a su familia antes del secuestro, denunciadas ante la Justicia. Pero no fueron los primeros que denunciaron el pasado de Vidal, ya que otros lo habían hecho antes.
Como todos los actores políticos de Venado Tuerto referidos en esta nota (Bustos, Scott, Vidal, Freyre y el último referente político de Bustos, el dirigente sindical Juan Viano) son militantes peronistas, aunque de diferentes fracciones, nadie se anima a descartar la hipótesis de la interna que se resuelve de estos modos. Muchas veces los cargos se dirimen a las trompadas, como mínimo. Bustos reconoce sus vínculos políticos con varias líneas en diferentes momentos.

La víctima tiene certezas de la participación policial y denuncia que, a pesar de la custodia permanente de la que dispone, sigue siendo hostigado.
En Venado Tuerto a nadie le sorprende que la policía pudiera estar implicada. En la tapa del diario El Alba, el mismo día de la entrevista, aparecía una foto de Lucas Oro, un joven de 21 años, con el rostro desfigurado por una bala policial. El acusado del hecho está en libertad.
Más datos avalan la hipótesis de la participación policial: la familia sostiene que cuando fueron a la comisaría a denunciar la desaparición, les dijeron que estaba detenido para negárselo al día siguiente, aduciendo un error.
Tampoco parece lógico que, si la víctima dice que puede reconocer a quiénes lo secuestraron, asegurando que son policías, el juez no haya dispuesto aún el reconocimiento pertinente de las fotografías o un dictado de rostro. Uno de estos cronistas, víctima reciente de un robo callejero, fue invitado a realizar un dictado de rostro al día siguiente del ilícito; en cambio, el juez del caso Bustos, a más de dos meses del secuestro, todavía no dispuso la medida y sí insiste, en cambio, en realizarle una pericia psicológica a la víctima, que se niega por desconfianza.

Apenas llegamos a la ciudad, nos contaron que un policía, Victor Villalba, estaría internado en alguna clínica por investigar y aportar datos a la causa. No pudimos dar con él en esos días. A nuestro regreso a Buenos Aires, paradójicamente, lo encontramos. Villalba está internado en la Clínica Psiquiátrica Alvear de Rosario.
Unas horas antes de que secuestraran a Bustos, Villalba, que es su vecino, le pidió que lo arrimara hasta la ruta, alegando que tenía su auto en el taller mecánico. Bustos lo llevó y un rato después de dejarlo, el Peugeot 405 se interpuso ante su Fiat Regatta. Puede decirse que, fuera de su familia, es el último que lo vio antes del suceso.
Villaba nos dijo, durante una charla exclusiva (ver audios), que sus penas comenzaron cuando se relacionó con el caso. Que investigó la causa como vecino y no como policía. Algunos datos lo contradicen.
La mamá de Bustos presentó en la justicia hace algunos días un papel que atribuye a la escritura de Villalba. En él están volcados los apellidos y cargos de cuatro policías. Dice que el ahora internado la fue a ver para explicarle que tenía miedo de que lo mataran y habría acusado a cuatro de sus compañeros de haber participado en la desaparición de su hijo. Según su relato, Caseri le pidió que se los anotara en un trozo de papel que luego presentó en el expediente.
Cuando lo consultamos acerca de esa circunstancia, Villalba respondió que sólo se trataba de un malentendido. Que antes de salir a una diligencia policial en la búsqueda de Bustos, fue a ver a la mujer con el objetivo de decirle que no confiaba en la gente con la que estaba partiendo y que le anotó los nombres para que, si le ocurría algo, se supiera con quiénes había estado. En cualquier caso, alguna cuestión lo mantenía perturbado y precavido. No se entiende muy bien por qué se apoyó en Caseri si sus temores no tenían relación con el caso del hijo.
Villalba está seguro de que el móvil del secuestro de Bustos fue la interna política del peronismo y su militancia en derechos humanos.
Durante la charla telefónica se lo escucha desesperado, con claros signos de estar medicado, notable por la lentitud de su habla, que a veces se hace difícil entender. Por ahora aporta confusión a una trama de por sí entreverada, pero deja la impresión de saber más de lo que dice. En la fiscalía sostienen que tiene sus facultades mentales alteradas. Villalba revistó normalmente en la policía hasta mediados de enero.


La despedida
Bustos se angustia varias veces durante la tarde. Llora sin consuelo cuando habla de Laura, su ex esposa, su compañera de lucha. La ausencia de Beltramini es por lo menos intrigante. Nunca habló públicamente del hecho y desde la separación no ha vuelto a ver a sus tres hijos. En su familia dicen que no quieren saber nada con Bustos. Sólo sabemos que se presentó a declarar mientras él permanecía desaparecido.
Darío agradece nuestro viaje. Apenas se sentó a la mesa, con el grabador todavía apagado, nos dijo que su vida está destrozada, que hubiera preferido que lo mataran. Exceptuando la familia -su madre, que reside en Chacabuco, y sus tres hijos que viven con él- está solo.
No compartimos la manera de hacer política de Bustos, pero esa no nos parece razón suficiente para que se convierta en una víctima de segunda. Todavía nos cuesta entender por qué preocupa tan poco su calvario. En todo caso, nos resulta lógico que un personaje como Vidal sostenga: “no me parece un actor social político tan importante cómo para que pueda ser sometido a este tipo de contingencia”, pero suena grave que los medios y algunos organismos de derechos humanos minimicen lo sucedido.
Los elementos para determinar el móvil del secuestro son por lo menos confusos. Hasta nos encontramos con una última teoría, de la que nadie se anima a decir nada, más que en susurros. Esta hipótesis implicaría que Bustos haya visto o participado de alguna operación vinculada al narcotráfico. Más que esas voces bajas, no encontramos ninguna prueba que la avale.
Nos quedan por encontrar algunas piezas del rompecabezas. A pesar de eso, tenemos la preocupante certeza de que, como hace treinta años, todavía hay quienes tienen poder e infraestructura para amedrentar, perseguir, provocar el terror, secuestrar y torturar.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Fea la Actitud Bs. As.

Casi setenta jóvenes fueron expulsados de los cursos de capacitación de la Guardia Urbana. Luego de haber sido seleccionados entre 5000 postulantes y de haber cumplido con requisitos como anotarse en el Monotributo y en Ingresos Brutos, muchos de ellos abandonaron sus trabajos anteriores desde el momento en que les comunicaron que formaban parte del Cuerpo de la Guardia Urbana. Días después, fueron despedidos.

En una carta dirigida al Jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, le detallan la situación: "luego de haber pasado por una exhaustiva selección desde octubre del 2006 realizada por la AMIA (prestigiosa entidad con bolsa de trabajo en la que en su pagina web aparecen nuestros nombres en los listados de la gente a las que se les consiguió empleo en el mes de Diciembre) y haber superado diversas entrevistas, quedamos entre 6000 postulantes. El 27 de Diciembre de 2006 comenzamos la capacitación y nos recibieron diciendo "Bienvenidos,relájense, ya esta!, no hay mas preselecciones, ya forman parte del cuerpo de la Guardia Urbana", con aplausos de bienvenidas, cursos de leyes de tránsito, recursos humanos y jurídicos, formas de procedimiento, formaron parte de noches de estudios y fotocopias sacadas, visitas a la pagina web del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, gastos de viáticos, etc.
Puesto en el que había que lograr la excelencia, la mejor guardia urbana en un "Año Electoral". Prioridad fundamental: anotarse y pagar el monotributo "Clase B", Ingresos Brutos, Certificado de Reincidencia, Análisis médicos (sangre, orina, placa y apto físico), dichos trámites debían estar antes del 15 de Enero de 2007. Todos los costos obviamente salían de nuestro bolsillo más todas las fotocopias de la capacitación, eran, según los responsables de capacitación,una inversión a largo plazo. Plata que recuperaríamos en Marzo cuando cobráramos Enero y Febrero como monotributistas. Aunque el gobierno promueve el trabajo en blanco al día de hoy (01/02/2007) no hemos firmado ningún contrato más que una declaración jurada SIN FECHA por pedido de rrhh de GU.
El día 30 de Enero de 2007 echan a más de la mitad del curso sin causa justificada, sin aviso previo y sin el mismo discurso para todos. Alegaban,para algunos, recorte de presupuesto. Y dejando a los 75 restantes en total estado de incertidumbre con frases como ¨ Para ustedes, POR AHORA, la capacitación sigue ¨
Todos tenemos familias, proyectos, hemos dejado trabajos estables y rechazado propuestas de trabajo en busca de algo mejor, algo en lo que creemos, por lo que estamos dispuestos a trabajar, que es la formación de un país mejor y una de las funciones por la cual crearon la guardia urbana, para que el estado tuviera más presencia".

El texto completo de esta carta, documentación y otros datos pueden encontrarse en el blog que crearon los expulsados, www.guardia--urbana.blogspot.com